martes, 7 de abril de 2020

EL CoVid-19 y el dióxido de cloro.

EL CoVid-19 y el dióxido de cloro.
Varios amigos me han preguntado sobe este remedio en el tratamiento del covid19. No soy médico, pero algo de química y de bioquímica sé. Ahora considero que debo publicar mi consideración al respecto.
Antes que nada, plantear que, en este caso, se ha combinado el concepto de dieta alcalina con el hecho de que los aniones de derivados del cloro, a saber, hipoclorito, clorito, clorato, perclorato, en agua dan disoluciones básicas. Por eso, antes de entrar en el meollo quiero decir que también las disoluciones diluidas de sosas caustica o potásica son alcalinas pero, en absoluto, son recomendables para la salud. El concepto de alcalinidad en relación a la lucha contra el cáncer se refiere a los procedimientos para disminuir las concentraciones del ácido tartárico en nuestro cuerpo, que, se ha demostrado, sirve como comburente en procesos metabólicos anaerobios, algunos asociados con la proliferación de células tumorales.
El uso del dióxido de cloro como solución específica contra la enfermedad del Covid19 es, al menos, muy optimista. Es como encender un cigarro con un lanzallamas.
Es cierto que el OCl2 destruye o desnaturaliza al SARAsV2 y los demás virus y bacterias.
Es un oxidante que puede actuar sobre el ARN y el ADN. Por eso se usa como atmósfera desinfectante en los botes con sangre. Pues los hematíes maduros, en la sangre, no tienen ADN. Son células sin núcleo.
Los oxidantes relativamente fuertes como derivados del oxígeno clorados, el agua oxigenada, ademas del PbO2, el permanganato potásico, el dicromato potásico etc, se pueden usar como biocidas, para eliminar las colonias de bacterias patógenas o moléculas reducibles como la del ARN (y las membrana proteica )del virus.
Pero su efecto destructivo lo hace sobre ese y demás virus y bacterias. De ahí que ingerirlos en su forma iónica o en forma gaseosa produce, más pronto que tarde, la destrucción de toda la flora intestinal. Y puede alterar los diversos ARN de nuestros cuerpos e incluso producir cambios en el ADN de nuestras células.
Vivimos gracias a millones de bacterias en nuestro interior y exterior, que cumplen funcionas tan importantes como las del propio hígado o corazón. Lavar las manos con agua oxigenada o con dióxido de cloro o lejía puede ser útil ante patógeno, de manera ocasional. Yo lo hago. Pero solo de vez en cuando. Por fuera. Jamás por dentro
El O2Cl, además de generar radicales libres estables en las zonas grasas, sus efectos desinfectante no permanecen. Por eso, como curación contra el SARS-V2 o cualquier otro virus no vale. Vale para limpiar, para desinfectar superficies, pero no nos hace resistente al ataque posterior. Más aún, si destruimos nuestra flora intestinal nos ponemos en situación de sufrir un ataque posterior de parásitos oportunistas: virus, bacterias y hongos. La ciencia no funciona así.
Es importante encontrar soluciones específicas y no generalistas. Pero no es lo mismo la desinfeción general de TODO los patógenos que curar. En mi casa uso mucha lejía. Incluso me limpio con agua oxigenada la entrada de las fosas nasales y auditiva. También hago gárgaras con H2O2 diluida en agua con sal para limpiar la garganta. Pero no se me ocurre beber lejía ni agua oxigenada, aunque fuese muy diluida.
Sí utilizo tanto el hipoclorito como el dióxido de cloro para desinfectar el agua. ¡Magnífica medida de prevención! que se usa en todos las plantas de tratamiento de aguas en Canarias.
El dióxido de cloro, o las disoluciones de sus sales, como el hipoclorito o el clorato (a veces denominadas lejías) son oxidantes derivados de un halógeno, capaces de matar bacterias e incluso destruir virus. Pero no son medicinas. Ese es el riesgo del reduccionismo.Más cuando en el argumentario se afirma que no se usa como medicina por el interés mezquino de la industria farmacéutica.
Es probable que este virus pueda haber sido diseñado. Pero eso no implica que podamos acabar con él con un poco de oxido de cloro. Sería maravilloso que fuese tan sencillo.
El dióxido de cloro es un biocida de espectro amplio. También el hipoclorito sódico de la lejía y el clorato que hasta hace poco se usaba contra las llagas . Pero el efecto de estás moléculas no es perdurable.
Si lo es, en cambio, la de los derivados organoclorados como el triclorometano CHCl3, tetracloruro de carbono CCl4 , el cloranfenicol, C11H12N2Cl2O5 , el hexacloruro de benceno C6Cl6 o el DDT . Estas moléculas se disuelven en los tejidos, fundamentalmente, los tejidos grasos.
Unos y otros actúan como oxidantes orgánicos; en las grasas generan radicales libres, e iones carbonios suficientemente estables que son potentes mutágenos, es decir, favorecedores del cáncer: ¡alteran el ADN celular!
Por la perdurabilidad de los derivados organosclorados, hace más de 70 años que se empezaron a usar en la llamada revolución verde. El hexacloruro de benceno o el DDT, que debido a su liposolubilidad podía actuar durante mucho tiempo sobre las personas, los animales y plantas. ¡No era necesario fumigar habitualmente!. El DDT parecía ser la solución definitiva, frente al cloro puro o al uso de los óxidos de cloro en la lucha contra las plagas. Tan revolucionario contra los vectores de enfermedades que se le otorgó a Paul Hermann Müller el premio Nobel de medicina por su descubrimiento como insecticida.
Ahora, en cambio, la huella del DDT incluso a los nacido 50 años después de su prohibición, se ha convertido en una pesadilla.
Quien usa de forma crónica derivados clorados en su higiene externa o interna está comprando papeletas para un cáncer.
No apoyo en absoluto es negocio de la industria química ni de la farmacopea de síntesis, pero tampoco el uso de sustancias químicas tóxicas con efectos colaterales, aunque éstas sean muy baratas.
Contra los ataques de parásitos debemos reforzar el sistema inmunológico con praxis saludables: ejercicio aeróbico, alimentación rica en vegetales y frutas, tomar el sol, huir del estrés, usar pocos antiinflamatorias y el mantenimiento de nuestra biota intestinal y epitelial.
Y usemos la lejía en la limpieza de superficies o en la desinfección de agua. Ahí sí es enormemente eficaz.
Ninguna droga maravillosa nos va a salvar del ataque químico con moléculas como las de ARN, manipuladas o no. Por cierto, sobre esto no voy a insistir más.