viernes, 28 de febrero de 2020

Valorar a los insectos.


Se ha criticado mi postura contraria al uso del hexaflumuron, un potente y persistente biocida sistémico, usado en la crisis de las termitas en las comarcas de Tacoronte y Valle de Guerra por su acción contra las abejas y lombrices de tierra.
También he recibido leña por mi frontal oposición a la aniquilación de dos mil cabras en Teno y Anaga.
Posturas concretas, que ahora quiero ampliar por la incidencia que ambas medidas, entre otras, están afectando negativamente a la población de los insectos en la isla.
Según me cuenta una amiga entomóloga, la caída de la población de insectos en Canarias se estima, en relación a los años 50 del siglo pasado, en más de un 70%.
Con ello, no sólo desaparecen poblaciones de especies, algunas de las cuales tienen 400 millones de años, sino que además, cae en picado el número de aves, muchas de ellas insectívoras. Se añade el enorme problemas de la polinización de las plantas con flores, tanto de especies agrícolas como de la mayoría de las silvestres. El efecto de la caída de los insectos, con seguridad, es mucho más grave para nuestra flora que la incidencia de las cabras salvajes en las cumbres.
Causas relevantes en la desaparición masiva de los insectos son:
• La persistencia durante décadas de contaminantes organoclorofluorados en el suelo.
• El uso de insecticidas de contacto y sistémicos en la agricultura no orgánica.
• La contaminación lumínica.
• La enorme eficiencia de los monocultivos agrícolas. (un aumento espectacular del índice productividad/m² en las últimas décadas)
• La desaparición de zonas de barbecho y prados con flores silvestres entre los cultivos agrícolas.
• El enorme tráfico por carreteras.
• La reducción de la ganadería no estabulada.
Aunque para algunos, la desaparición de los insectos, no sólo es inapreciable sino, incluso, elogiable, el mundo, nuestro planeta, sin insectos sufrirá eventos catastróficos de la magnitud de los debidos al cambio climático global.
Estamos atentos al covid19, pero no olvidemos que la superveniencia de la propia humanidad depende mucho más de los insectos que de esas novedosas moléculas víricas.
Volver a una agricultura, ganadería y modos de vida sostenibles es urgente para la humanidad.
Julio Muñiz. 28 de febrero de 2020. Profesor jubilado de Química Ambiental.