sábado, 25 de agosto de 2018

El año pasado la calima traía el fósforo y éste el hierro.


Hace un año la versión oficial sobre el fenómeno de los blooms de cianobacterias de la Especie Trhichodesmium e. en nuestro litorales era que su proliferación se debida (1) al aumento de la temperatura por el cambio climático y (2) las aportaciones de fósforo por la calima.
Desmontado el asunto al comparar las concentraciones de PO4(3-) aportados por la calima frente al aportado por las aguas mal depurada o sin depuración, 1000000 veces superior, ahora resulta que, una nueva versión oficialista, en la TVC, dice que, en realidad lo que aporta la calima es otro de los oligoelementos catalizadores, a saber, el hierro.
Pero, igual que el año pasado, la química analítica cuantitativa desmonta esta nueva hipótesis . Las aguas litorales de las isla tienen hierro en cantidad. No sólo debido a la naturaleza volcánica da las arenas negras, ricas en magnetita, (basta simplemente con acercar un imán a la arena negra de cualquiera de las playas en Tenerife) sino que además, en los lugares dónde ha aparecido tales afloramientos, hay suficiente hierro: plataformas petrolíferas, barcazas, barcos o simplemente chatarra tirada, en ocasiones, justamente para fomentar la pesca como arrecifes artificiales.
Dejen ya de "echarle la culpa"a la calima de las manchas de cianobacterias en nuestras costas. Si bien podría tener significación en lugares del centro del Atlántico, en las aguas litorales las aportaciones de fósforo o hierro de la calima a las concentraciones des estos elementos en el agua del litoral, en ambos casos, es ridícula.
La composición de la calima es en un 99,998% sílice, SiO2 y sabemos que tiene importancia en la formación del suelo agrícola y forestal, tanto en la Amazonía como en las Canarias. Pero de lo que hablamos son de las afloraciones de cianobacterias que viven en el mar próximo a las costas. Julio Muñiz. Profesor de Química Ambiental