El agua de los emisarios submarino flota.

Un emisario submarino y una chimenea son elementos ideados para diluir los contaminantes en el seno del mar y la atmósfera respectivamente.
Por supuesto que hay diferencias importantes, principalmente que la comprensibilidad del líquido es muy baja, prácticamente cero, mientras, en cambio, los gases pueden comprimirse fácilmente.
Pero si los caudales de los efluentes salen con la velocidad adecuada, y el emisario está diseñado adecuadamente, estos efluentes salen de tanto de las chimeneas como de los emisarios marinos formando plumas, regiones más o menos cerradas en las que, debido a las fuerzas internas y las tensiones superficiales, los humos y las aguas residuales se mantienen durante tiempo sin mezclarse con el fluido del medio en el que se dispersan: agua de mar o atmósfera.
Las plumas de humos y de aguas residuales tienen flotabilidad, es decir, la tendencia de subir debido, fundamentalmente, a su menor densidad. En el caso de los gases, esta densidad depende casi exclusivamente de la temperatura del interior de la pluma de humo. Cuando sea superior a la externa la pluma sube; hasta que su temperatura, que desciende a mediada de que el volumen de la pluma aumenta -situación adiabática- , se iguala a la del exterior. 

Flotabilidad = Kx(densidad agua mar - densidad agua residual)/densidad agua mar 
Donde K es una constante para cada emisario, situación....

En el caso de disoluciones líquidas, en particular las aguas residuales y el agua del mar, la densidad depende fundamentalmente de la salinidad y de la temperatura. Como regla generales, las aguas residuales o de saneamiento suelen ser menos densas que las del mar. En cambio, las aguas de rechazo de las desaladoras son más densas que las marinas. La temperatura para las aguas residuales en Canarias en relación a las aguas marítimas no es un factor que, en primera aproximación sea muy relevante en la manera que sale la pluma del emisario.
Otro aspecto importante para saber cómo es la forma y el comportamiento de la pluma del fluido es la forma y área de la boca del emisario. Esta forma y superficie son las que regulan la velocidad con la que los humos o las aguas salen de las chimeneas o de los emisarios submarinos respectivamente.
Cuando la superficie de la boca es mayor la velocidad con la que salen los fluidos es menor. Con bajas velocidades se consiguen plumas más estables pues se cumplen los requerimientos del régimen laminar (Módulo de Reynols <2000; Re=ρv D / μ) . En el caso de que no hubieran corrientes de marinas y el emisario fuera una tubería de boca circular podríamos considerar que los efluentes subirían formando una especie de cono cuya base, si no hay oleaje, sería un circulo en la superficie del mar. Si, en cambio, hubiera una corriente submarina lateral esta especie de cónica se proyectaría hacia el sotavento de la corriente formándose, en la superficie una intersección o base cuya forma sería la de una especie de elipse. 

 Las manchas superiores, a medida de que el emisario continua aportando contaminantes, en especial nutrientes, mantienen relativamente constantes sus concentraciones pues simultáneamente  se efectua la dilución  progresiva a lo largo de la superficie del mar, a la vez que las sales y otros sólidos dispersos, no solubles, descienden en forma de lluvia.
Esas proyecciones superficiales o manchas de contaminantes y nutrienes pueden ser fuente para el desarrollo de especies que encuentren en las mismas los nutrientes como fósforo, nitratos, amonios, hierro, vitaminas etc que puedan favorecer la producción de blooms de cianobacterias, microalgas, algas o cualquier otra especie que esté favorecida por la eutrofización. y no le afecten los tóxicos que suelen acompañar a estos efluentes residuales.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Canarias, hacia el feudalismo hídrico.

¿Qué hacer frente a la multiplicación de emergencias climáticas?

Agua, aguatenientes y plusvalía.