Recuperar la "pila" del agua.
Hasta la mitad del siglo XX era habitual que en todos los pueblos y barrios hubieran fuentes o pilas de agua potable. Tener que cargar a diario el contenido de una o dos garrafas de agua era una de las tareas que marcaban la cotidianidad. Con la generalización del servicio de agua corriente a los domicilios las pilas fueron progresivamente y rápidamente abandonadas. Actualmente ya casi no existen...bueno, de manera retórica, pues, cada vez más, debido a la devaluada calidad del agua que nos llega por los grifos, la mayoría de nosotros seguimos yendo a la pilas, que, en esta ocasión se visten de grandes superficies. Al menos una vez a la semana, nos cargamos con una o dos garrafas de seis u ocho litros de agua. La diferencia es que, ahora no llevamos las garrafas y pagamos, a precios altísimos, el contenido de las mismas. Además contribuimos a llenar de plásticos y microplásticos la naturaleza. Por cierto, vender agua para beber es uno de los negocios más lucrativos que ...